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Los orígenes de Mortadelo y Filemón

En 1958 Pulgarcito, "revista para los jóvenes", costaba dos pesetas. Una pequeña fortuna para la época, pero merecía la pena: veinte páginas de chistes, la mayoría en blanco y negro, algunas de ellas incluyendo como flamante novedad tinta roja, y con portada y contraportada a todo color. Además, con historietas de personajes míticos como Carpanta, Zipi y Zape, las Hermanas Gilda, por supuesto el Capitán Trueno, y algunos otros cuyos títulos (y subtítulos) hoy nos suenan entre extraños, graciosos e ingenuos: Margarito Celemín (un vendedor muy pillín), Rigoberto Picaporte (solterón de mucho porte), Pascual (criado leal) o Doña Lío Portapartes (señora con malas artes) son algunos de ellos. Si a esto le suman páginas culturales en las que cuentan todo lo que hace falta saber sobre, por ejemplo, los bosquimanos, y un rincón para que el ex futbolista internacional británico John L. Mortimer explique todos los secretos para convertirse en un as del balompié, el éxito de la publicación está asegurado.

Así, no sorprende que la revista llegara a los 38 años de antigüedad. Eran buenos tiempos para la editorial Bruguera, que el 20 de enero de ese año celebraba los 1.394 números de Pulgarcito y se podía permitir el lujo de dar la oportunidad a jóvenes autores para que introdujeran personajes nuevos. Así fue como, en la página 13, apareció la primera historieta de Mortadelo y Filemón (agencia de información), firmada por el prometedor Francisco Ibáñez, que, tal como prometimos durante el último programa, podéis ver aquí:

(clic para verla a tamaño completo)

Y a partir de aquí se gestó el nacimiento de uno de los más importantes referentes culturales de la segunda mitad del siglo XX en España, con el que más de uno de nosotros ha aprendido a leer. Gloria y honor al maestro Ibáñez, que ya hace 52 años que parió a la figura más importante del cómic ibérico.

Eso sí, como os dijimos en antena, no todo es tan bonito como lo pintan. En próximos días mostraremos documentos que pueden arruinarle la infancia a más de uno... avisados estáis...

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